sábado, 16 de junio de 2012

LA VENTANA DEL AUTOBUS



Algo tienen las ventanas de los autobuses. ¿Son tal vez una especie de portal o acaso un aleph cotidiano?


¿Quién no ha sentido la ‘’casi anestesia’’ mientras observa por la ventana de un autobús, un paisaje que nos transporta hacia las profundidades del ser...? es ahí cuando se empieza a nadar en las aguas no salobres de nuestra mente! cuya fauna y flora son recuerdos, reflexiones, pensamientos, canciones, desamores, zemerucos y un largo etc..



Particularmente, aprovecho estos rincones de filosofía móvil para fines un tanto inverosímiles, pero que me regocijan a plenitud.


La penúltima vez que estuve transportado en la ventana de una de esas amplias unidades de trasporte (bienaventurados los que redundan), había escuchado previamente la palabra ‘’ñame’’, la cual se refiere a un nutritivo tubérculo afro-caribeño de tamaño respetable. Bien, debido a que el ñame por sí solo no es muy divertido, supongo que mi subconsciente, siempre consciente de mis preferencias insólitas,  le coloco el adjetivo de salvaje. Seguramente esta asociación de términos se debe a tanta propaganda sobre ‘’Medicina sistémica’’ o a los temas de historia indígena en la primaria, donde oí hablar de las propiedades del ya mencionado, o simplemente porque su nombre completo es ese y ya.






Periodo "TRANCE" en la ventana del bus :


La criatura que había creado mi cerebro, era un tubérculo iracundo, peludo y terroso. La siguiente visión fue la de una horda de ñames salvajes, furiosos y sin escrúpulos, que se abalanzaban a gran velocidad sobre los cráneos de facultados en la medicina sistémica y asolaban comunidades indígenas enteras! Posteriormente me transforme en pelicano, como es natural, para obtener una panorámica de los eventos que presenciaba y así ser un testigo ocular insigne.  Mientras sobrevolaba la escena, contemplaba como los furicos ñames invadían la ciudad, impactaban en las nucas de los pasivos comensales vegetarianos, se introducían bruscamente por entre los anos de las quinceañeras, escribían manifiestos donde resaltaban su aberración hacia el cubismo, fornicaban a las peras y manzanas, saturaban los mercados y vociferaban su dominio. Volví en mi cuando sentí a la altura del costado un objeto solido. Era una pistola que apuntaba justo a mi hígado graso, el portador, un boleta formidable de los suburbios que exigía mis pertenencias.





‘’Querida imaginación , lo que amo sobre todo en ti es que no perdonas..’’ André Bretón.



No hay comentarios:

Publicar un comentario